Aunque la conferencia de prensa buscaba la pacificación del pueblo y evitar que la confrontación continúe dando a conocer que se abrogo la tan cuestionada Ley 1386, el Pacto de Unidad y la Central Obrera Boliviana (COB) no entendieron la finalidad del retroceso del Gobierno y más bien amenazaron con intervenir de forma supuestamente «no violenta» los puntos de bloqueos en las carreteras y ciudades del país, si en las próximas horas no se levantan las medidas de presión luego de la determinación del presidente Luis Arce.
“Estamos listos para salir a las calles, pero no para confrontar, jamás hemos convocado para ir a maltratar, pero nos haremos ver y hacer respetar el libre transito», declaró el líder de la COB, Juan Carlos Huarachi quien estuvo al lado del presidente Arce y el vicepresidente David Choquehuanca en el momento de la declaración de prensa.
Huarachi sostuvo que el conflicto «no había sido la ley 1386. Es un pretexto y un instrumento para desestabilizar nuestro Gobierno. No estamos defendiendo a una persona», indicaba el dirigente sindical.
Dijo que a partir de ahora esperan que las medidas de presión encabezadas por los comités cívicos, gremiales y transportistas se suspendan y se dé paso a la desmovilización.
El paro cívico indefinido planteaba la abrogación de la Ley 1386 que aprueba la Estrategia Nacional de Luchas Contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas, la liberación de los detenidos durante el conflicto y la reposición de la regla de los dos tercios en la Asamblea Legislativa Plurinacional.
La decisión de Arce solo atiende a la abrogación y no al resto de los dos puntos que están pendientes de pronunciamiento por parte de los sectores movilizados.